La Doma Clásica es una de las disciplinas olímpicas que forman la equitación, cuyo objetivo es el desarrollo ciertos ejercicios con armonía, equilibrio y actividad. El caballo se vuelve tranquilo, elástico, ágil y flexible, a la vez que se hace más confiado y atento a las órdenes del jinete, llegando a formar con él un binomio perfecto.
Los orígenes de la Doma Clásica se remontan a la Edad Media, cuando oficiales de todas las caballerías europeas empezaron a practicar algunos ejercicios para mejorar su manejo del caballo.
De su evolución a lo largo de los siglos y la inquietud por un mayor desarrollo en esta disciplina se crearon lo que hoy conocemos como las altas escuelas. Las primeras se crearon en las cortes renacentistas con tres estilos diferentes: la Alta Escuela Española de Viena (fundada en 1572), la Portuguesa de Marialva (fundada por Felipe IV en el siglo XVII) y la Francesa de Versalles(fundada por Luis XIV en el siglo XVII) y después, la Cadre Noir de Saumur.
En la Alta Escuela Española y la Portuguesa, primaban el control del caballo y el alto grado de compostura, mientras que la Francesa se caracterizaba por un estilo más ligero. Estas escuelas se crearon para que los oficiales de caballería aprendiesen a montar o perfeccionasen su estilo.
En ellas, la Doma Clásica está considerada como una forma de arte. Las tradiciones de los grandes maestros que originaron lo que hoy conocemos por Doma Clásica siguen mantenidas vivas actualmente en las escuelas anteriormente citadas, que aún siguen en activo, o en nuevas escuelas, como la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, en Jerez, fundada por Álvaro Domecq Romero, considerándole por ello una de los mayores impulsores de la Doma Clásica en España.
Foto: Hermes de Encinasola